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Niños

Niños

Lo mejor y lo más difícil de tener hijos es verlos crecer.

Hace unos días me encontraba haciendo limpieza de closet, sacando ropa de los niños que ya no les queda, y me topé con unos hermosos y pequeños mamelucos, uno de cuando mi Angelito nació y otro del pequeño Matikis, y no pude evitar recordar tantos bellos y hermosos momentos que he vivido a su lado y los muchos que seguramente nos esperan.

Lo mejor de ser su mamá ha sido, es y será tener la oportunidad de verlos crecer, estar en cada paso que dan, en cada logro y fracaso, estar cerca de ellos cuando me necesitan y cuando digan que no me necesitan.

En cada rincón de mi casa hay algo que me recuerda a ellos, sus primero pasos y palabras, sus sonrisas, la forma que tienen de demostrar cuanto me aman y lo mucho que dependen ahora de mi.

Sé que un día se irán, harán su camino y todo el tiempo que hoy reniego que no tengo será mío de nuevo y quizá ya no lo desee tanto como ahora.

Nunca estuve preparada para ser su mamá y recibir de ellos tanto amor y aprendizaje como lo hago día a día pero, eso precisamente es lo que ellos han hecho desde su llegada, enseñarme y mostrarme lo maravilloso, agotador y difícil de ser su madre, para lo que definitivamente, creo yo, NUNCA se está realmente listo.

No puedo evitar llorar de vez en cuando, al verlos dormir pacíficamente y ver cuanto han crecido, y es que darme gusto no ha sido fácil, creo que ustedes me entenderán, pero cuando los esperaba, deseaba conocerlos, abrazarlo y besarlos, pero cuando pude hacerlo, extrañé sentirlos en mi vientre; cuando ya los tuve en mis brazos, deseaba verlos dar sus primeros pasos, llevarlos de la mano y hoy que ya caminan solos deseo tenerlos en mis brazos de nuevo.

Hoy disfruto de cada enojo, de cada llanto, de cada sonrisa, de cada momento, y cuando estoy por explotar, respiro y recuerdo que algún día extrañaré pasar por todo esto, pero que lo haré agradecida de haber pasado tantos duros y gratos momentos a su lado.

Ellos, mi fuerza y mi debilidad, mi alegría y mi tristeza, mis aprendices y mis maestros, a ellos sólo les puedo decir ¡Gracias por dejarme vivir la nostalgia de verlos crecer! ¡Vida, dame el tiempo de disfrutarlos y verlos emprender el vuelo!