
La infancia tiene su propio ritmo, su propia manera de sentir, de ver y de pensar.
Los hijos, jamás serán copias de sus padres. Los niños son hijos del mundo y están hechos de sueños, de esperanzas y de ilusiones que construir en sus mentes libres y privilegiadas.
En la actualidad, muchas mamás y papás siguen con la idea de “acelerar” las capacidades de sus hijos, de estimularnos cognitivamente, de ponerles a Mozart mientras aún duermen en el vientre materno (ya está demostrado que no influye en el desarrollo de su cerebro). Ahora bien, puede que esa necesidad por criar niños aptos para el mundo esté educando a niños aptos para sí mismos.
Todos tenemos claro que en estas sociedades inconstantes y competitivas se necesitan personas capaces de adaptarse a dichas exigencias.
¿Habrá valido la pena todo ese costo emocional? ¿El perder su infancia?
Cabe mencionar que al día de hoy no existen estudios concluyentes que respalden la idea de que “acelerar” ciertas capacidades, como es el caso de la lectura, en niños de 4 años sea tan positivo ni que repercuta a largo plazo en su desempeño académico.
Lo que se consigue en muchos casos es que los pequeños empiezan a conocer dimensiones como la frustración, el estrés y, ante todo, tener que ajustarse a las expectativas paternales.
Los niños están hechos de sueños y hay que tratarlos con cuidado. Si nos empeñamos en llenar su tiempo de objetivos que cumplir y aptitudes que asumir, cada día estaremos rompiendo un pedacito de sus alas. Esas con las que tal vez, alcanzaría el día de mañana sus propios sueños. Si les damos obligaciones de adulto cuando aún son sólo niños, arrancaremos también las alas de sus cometas, para aferrarlos al suelo, haciéndoles perder su infancia.
La curiosidad es la mayor motivación de un cerebro infantil, por ello, es adecuado que tanto padres, madres y educadores se alcen como facilitadores del aprendizaje y no como agentes de presión.
Respetemos su infancia, respetemos esa etapa que ofrece raíces a sus esperanzas y alas a sus expectativas.
Autor Valeria Sabter para La Mente es Maravillosa. Para ver el artículo completo da click aquí.