
10 cosas que debes saber sobre la fiebre.
Cuando nuestros hijos tienen fiebre lo primero que hacemos es… ¡PREOCUPARNOS! Y buscamos de inmediato la forma de ayudar a que su temperatura vuelva a la normalidad y llamamos al pediatra pues pensamos de inmediato en una infección fuerte como causa de lo mismo, o hasta algo peor sino había ningún otro síntoma.
Y como es probable que a lo largo de la vida de nuestros hijos nos enfrentemos a ella, les comparto 10 cosas que debemos saber para poder actuar cuando haga acto de presencia en nuestros peques.
- La fiebre no es una enfermedad, sino una reacción del organismo para defendernos de infecciones tanto por virus como por bacterias.
- La fiebre por sí sola no causa daño cerebral, ceguera, sordera o muerte.
- Sólo los niños con predisposición pueden convulsionar por fiebre. Tratarla no va a prevenirlas.
- Sólo hay que usar medicamento para disminuir la fiebre si existe malestar o dolor. Tanto el ibuprofeno como el paracetamol tienen la misma eficacia para tratar el dolor. No se conseja alternar o combinar ambos medicamentos. La dosis se calcula con base al peso y no a la edad (consulta siempre al pediatra).
- Se desaconseja el uso de fomentos fríos, con alcohol o baños con agua fría para disminuir la fiebre.
- El cambio debe ser gradual. Comienza quitando algo de ropa si está muy abrigado, dale un baño con agua tibia (un poco menos caliente de lo acostumbrado) y vístelo con ropa ligera.
- Mantén a tu peque hidratado. Ofrécele agua simple o algún suero con frecuencia, y de vez en cuando algún zumo de fruta, licuado o papillas para compensar los carbohidratos perdidos.
- La fiebre no determina la gravedad de la infección ni su causa, por lo que es muy importante acudir al médico.
- Si tu peque tiene fiebre y tiene menos de tres meses consulta de manera inmediata al médico.
- Si después de todo esto la fiebre no disminuye y tu peque empeora o presenta alguno de los siguientes síntomas llama de inmediato a tu médico o dirígete a urgencias en el hospital más cercano:
- Manchas rojas o moradas en la piel.
- Irritabilidad o llanto excesivo difícil de calmar.
- Rigidez de cuello.
- Convulsión o desmayos.
- Dificultad para respirar.
- Vómito y/o diarrea persistente y/o muy abundantes que puedan causar deshidratación (lengua seca, falta de saliva, ojos hundidos, etc.).
- Orina escaza o nula.
Como pueden ver mamás la fiebre por sí sola no es para preocuparse sino para ocuparse, estar alertas y siempre estar en comunicación con el pediatra. Ahora que ya sabes cómo actuar ante su presencia puedes estar ligeramente más tranquila.